Las cosas que mueven el mundo

“Si quiere una garantía, compre un tostador”- Clint Eastwood
en El Novato

El otro día alguien me preguntó por qué escribo sobre cosas ‘tan intangibles’.

Tal vez quería decirme que debería hablar acerca de cosas materiales, más concretas, menos…¿profundas?

 

No me molestó, ahora vivimos en la época de las críticas constructivas y nos han dicho que hay que aceptarlas. La era del todo vale y todas las opiniones son igual de válidas. Yo me quedaría con la primera parte: son todas iguales. Fin.
Aplatanamiento general.

Por cerrar el tema de las opiniones, me quedaré con una frase: «Las opiniones son como el culo, todos tenemos uno”. Y creemos que el de los demás apesta.
Tal vez no sea muy estética, pero me resulta bastante ilustrativa.

Volviendo a lo intangible. Vivo en estado de preocupación. Y he decidido compartirlo con quien buenamente se digne a leer esto hasta el final.

¿Qué tiene de malo? De un tiempo a esta parte el ser humano se ha empeñado en tocarlo todo. Desde los culos hasta los sueños. Y por eso creó el alcohol, para poder tocar culos con tranquilidad y dispersar la responsabilidad.
Y después creó los atrapasueños.

Señores, los sueños no se atrapan. Los sueños se sueñan y ya si eso, con un poco de suerte, se cumplen. Pero no se cogen y se meten en una caja. ¿Qué es eso de atrapar sueños? Da igual si son buenos o malos, simplemente son.

Hay mucha gente peor que una pesadilla por ahí suelta y nadie va por ahí con dos palitos y una pluma corriendo detrás de ellos. Nos hemos confundido, de verdad.

Hay cosas que no se pueden tocar, hay cosas que no se pueden ver. Ni oler, ni escuchar. Y no pasa nada. Están bien así, son así. No significa que no existan. Existen, porque hablamos de ellas. Y esa es la prueba de que existen.

No tengo claro en qué momento se puso de moda esta manía persecutoria contra las cosas intangibles e inexplicables. En qué momento decidimos que a todo había que ponerle un nombre, que todo había que poder tocarlo, ponerlo debajo de una lupa, explicarlo y cambiarlo. Antes éramos capaces de imaginarnos que un palo era una espada y nadie se moría.

No hay que entenderlo todo.
Veréis, desde que tengo uso de razón me encantan las tablas periódicas. Y no, no me encantan porque las entienda. De hecho en el colegio me decanté por las letras puras y las lenguas muertas. Si ya nos cuesta entender que se mueran las personas, imaginaos una lengua. Odio las matemáticas, la física, la química y demás ciencias que se empeñan en juntar letras con números en líneas interminables.

 Pero me encanta la tabla periódica. Me aburría tanto en clase que me dedicaba a aprendérmela de memoria y a buscar palabras que empezasen con las mismas letras. Y me gustaba. Y no me hacía falta entenderla.

Y sí, esto mismo pasa con las mujeres. Ni hace falta ni os recomiendo que intentéis entenderlas. Si conseguís que os gusten, si conseguís aprendéroslas de memoria y que aún así os sigan gustando, y si todavía os quedan palabras que buscar para ellas…si conseguís eso, lo estaréis haciendo bien.

No, no deberíamos empeñarnos en cambiarlo todo. Hemos llegado al extremo. Hemos llegado al chocolate con kikos. Lo descubrí hace poco y causó en mi la misma sensación que la Coca Cola Cherry o las Lay’s sabor mojito.

¿En serio? ¿De verdad? ¿Qué es lo próximo?
Vamos a terminar mojando galletas en las lentejas, os lo digo.

Está claro que a un kiko no se le puede preguntar si quiere que lo junten con chocolate y que sobre gustos no hay nada escrito, pero el problema es que hacemos lo mismo con las personas.

Nos hemos empeñado en cambiar a la gente, en amoldarla, en hacer que sean alguien que no son. Por supuesto, sin preguntarles quién quieren ser.
Y al final no sirve para nada, porque cuando una goma se estira pueden pasar dos cosas: que se rompa y te pegue en la cara o que vuelva a su estado normal. Así que ya vale.

Ya vale de ir por la vida con un contrato, bolígrafo en mano, esperando que alguien nos lo firme y nos prometa que nos vamos a curar, o mejor, que se va a curar. Que todo va a ir bien, que no va a doler, que en realidad es fácil, que van a estar ahí.
Porque aunque fuese así, tengo malas noticias: los contratos también se rompen.
Igual que todo es susceptible de romperse.

Y creo que tampoco estoy hablando del sexo de los ángeles, hablo de mirar un poco más allá.

Hay cosas ingobernables. Y son maravillosas. Son como las buenas canciones, que no cambian, no importa las versiones que se hagan de ellas o en qué idioma suenen. La original siempre está ahí, siempre es la misma y siempre suena igual de bien, aunque no la entiendas. Y nosotros deberíamos ser así.
Ingobernables, intocables, intangibles. Y no, no hablo del cuerpo.

Deberíamos dejar de agarrarnos a las cosas como si fuesen farolas y empezar a disfrutarlas, dejar que nos gusten aunque ni siquiera comprendamos por qué. Dejar que sean como son.

Deberíamos despegar los pies del suelo, sacarlos del tiesto. No hay nada de malo en romper un molde. No hay nada de malo en querer algo con las suficientes ganas como para salirse del montón.

Como bien sabéis, para hacer una tortilla primero hay que romper un par de huevos.
En esta vida hay que tener hambre. Hay que gritar.

Hay que ser extraordinario, no importa en qué ni de qué manera. Serlo. Porque como bien dicen: los barcos están más seguros en los puertos, pero los barcos no se construyeron para eso.

Las ganas, la fuerza, el carácter, la calma, la rabia, el amor, la tristeza, la perseverancia, el dolor y la felicidad no se tocan. Y sin embargo son las cosas que mueven el mundo. Y tal vez el problema sea no hablar de ellas.

Espero haber sido lo suficientemente tangible, esta vez.

Pero esto es sólo una opinión.
Y ya sabéis lo que pasa…

ECGXIII.

50 thoughts on “Las cosas que mueven el mundo

  1. Simplemente increible! Empezar a leer y no poder parar, necesitar seguir y quedarte impresionado con cada palabra y sobretodo hacer pensar, eso no lo consigue cualquiera y tengo que darte mi mas sincera enhorabuena porque sin duda me ha llegado.
    Gracias por escribir cosas como esta!
    Sin palabras.

  2. Me ha encantado el post, enhorabuena. A veces es crudo darse cuenta de que somos responsables de labrar nuestro camino y luchar contra la (famosita) zona de comfort si queremos conseguir algo. Si sumas a la pereza, la autocomplacencia y las limitaciones externas parece difícil luchar por los sueños de uno. Pero ahí están. Y el que quiera peces que se moje el culo. Al final lo importante es disfrutar mientras te lo mojas…

    Me gusta tu opinión de disfrutar las cosas como son y no intentar analizarlas al milímetro.

    Un saludo.

  3. Leerte para mi ya es una adicción y me releo tus blog una y otra vez, siempre encuentro algo nuevo cuando los leos y me siguen emocionando y me llenan de sentimiento como la primera vez que te encontré, así que decirte que gracias por escribir estos blog tan maravillosos porque hoy día no hay mucha gente como nosotros que leer cosas tan geniales tan sentidas con tantas reflexiones y tanto que encontrar en ella no hay muchos, así que viva los románticos, viva la gente que vive y se levanta un día más por libros y blog que nos mueven y nos trasladan a otro lugar a ese lugar tan maravilloso que son los sueños y los sentimientos porque eso es lo verdadero que tenemos y que no nos puede quitar nadie. Gracias por hacerme sentir tanto leyendote no tengo palabras para poder expresar lo que es leerte y que exista gente que por decirlo de alguna manera no cambie un buen libro de papel por un ebook. De nuevo gracias por tus palabras.

  4. INCREÍBLE!!! que ilusión descubrir a personas con estos valores, pensamientos, sensaciones, sueños, ganas de vivir!!!
    uurrraahhh por los INTANGIBLES!!!
    (acabo de descubrir tu blog y la primera impresión ya es de las buenas! con ganas de seguir leyendo…)
    Gracias!!!
    TG

  5. Me encanta tu blog, tu forma de escribir y lo que transmites hacen que quiera tomarme un día sólo para pensar.

    Aún que quiero decir algo: yo estudio matemáticas, ciencia pura y dura y las cosas «intangibles» no están reñidas con la ciencia. Es más, la ciencia es tanto o más intangible que lo intangible. No se si me explico, lo que yo quiero decir es que para mi las matemáticas son un arte, una forma de expresar todo lo que hay en el universo, y no me refiero a los árboles o al movimiento de la Tierra alrededor del Sol, me refiero a la vida. Y para mi la vida es lo intangible.

    Como tu dices, esto es solo una opinión, como tantas.. Pero para aquellas personas que piensas que los científicos no creemos, os diré, que cuando hablo con mis compañeros, las respuesta más común a «¿por qué te metiste en esta carrera?» es «busco respuestas». No sé vosotros, pero alguien que busca respuestas, y que se plantea la vida de esa manera, desde luego merece pertenecer al club de los intangibles.

    Saludos de tu fiel seguidora, a la que hacer pensar y platearse muchas cosas todos los días!

    1. Irene, por supuesto que las cosas intangibles no están reñidas con la ciencia y estoy completamente de acuerdo contigo en que precisamente una persona dedicada a las ciencias puras suele ser alguien que no hace más que buscar respuestas. Sólo digo que hay cosas que no tienen una explicación a nuestro alcance, hay cosas que no pueden explicarse con una fórmula o con una definición, o simplemente con palabras. Y supongo que ahí está la gracia de todo, puesto que hay cosas que entendemos y otras que no, lo que deja un lugar para la voluntad y la subjetividad. Si no, estaría todo escrito.

  6. La verdad, no me extraña que seas de letras, tu manera de pensar es tan inmadura como la de un niño, seguramente estudies periodismo o magisterio. Ojo, no digo que seas tonta, o que ser infantil no sea malo, sólo hablo de que creer en los unicornios es una tontería. Y si alguien te dice que los unicornios no existen, contestarle «Eres muy cerrado de mente, esa sólo es tu opinión y todos tenemos una» es mayor tontería, ya que el hecho de que todos tengamos una opinión no significa que todas sean igual de válidas, y lo que sugieren las frases de ese estilo no son más que falacias. Puede que fingir en un determinado momento que existen pueda ser entretenido, pero lamentablemente tú crees en ellos, lo que hace que en las cuestiones más importantes y reales tengas tanta credibilidad como una tarotista que se cree sus propios poderes.

    (Nota: por si no ha quedado claro, lo del unicornio es un símil, sustituye «unicornio» por «positivismo barato y frases ambiguas vacías de significado que cada uno llene con el significado que le salga de las pelotas»)

    1. Estimado Ramón,

      Gracias por tu opinión. No acabo de ver la conexión entre ser de letras y pensar de manera inmadura. Tampoco entiendo el desprecio hacia el hecho de estudiar periodismo o magisterio, probablemente si hubiese buenos profesores no habría tanta gente bruta deambulando por ahí. Creo que en ningún momento hablo de unicornios, de hecho creo que hablo de bastantes más cosas. Las cuales por cierto, no tengo por qué justificar ante nadie. Dices que es una falacia decir que no todas las opiniones son iguales…Bueno, a mi parecer hay personas que no están capacitadas (tanto por formación como por otros factores) para opinar acerca de ciertos temas. Si a ti te duele algo dudo mucho que vayas a preguntarle al panadero lo que que te pasa, por mucho que él quiera opinar acerca del asunto. Pues así con todo.
      De todas formas, lo que sí debe ser entretenido es juzgar a las personas porque has leído un texto que no coincide con tu opinión y has considerado oportuno llamar tarotista, inmadura o infantil a la persona que lo ha escrito. Eso es muy maduro.

      Un saludo, yo tampoco digo que seas tonto.

      1. Por cierto, todos mis respetos a (casi)todos los maestros y profesores que he tenido hasta ahora, gracias a ellos hoy soy capaz de pensar por mi mismo, y por ende poder cuestionar filosofías baratas que en su día también adopté.

  7. Este mundo se ha convertido en un pajar, lleno de gente paja que rellena pero no aporta. Sin embargo, unos pocos luchan cada día por cambiar el mundo, mejorarlo y pararlo para poder moverlo. No son sino las personas que se plantean cambiar el mundo, las que lo consiguen. Las agujas en medio del pajar, por degracia, son tomados por locos. Pero como dijo Albert Espinosa «Ser diferente depende tan sólo de cuántos estén en tu bando». Y yo estoy en tu bando. Gracias por se aguja que intenta tejer esta maraña de paja.

  8. Nuevamente te leo y me encantas: Eres como la brisa del mar, como una noche de verano con luna llena, como el arcoiris……. mil cosas te diría por lo que me haces sentir cuando te leo. Eres una maravilla de ser humano.

    Sabias palabras las tuyas cuando dices que deberíamos ser ingobernables, intocables, intangibles y por supuesto romper ese par de huevos de los que hablas para hacer una tortilla y para rematar intentar ser siempre extraordinarios.

    Así deberíamos pasar todos los seres humanos por la vida, pocos estragos habría.

    Sublime lo que escribes.

  9. Nuevamente te leo y me encantas: Eres como la brisa del mar, como una noche de verano con luna llena, como el arcoiris……. mil cosas te diría por lo que me haces sentir cuando te leo. Eres una maravilla de ser humano.

    Sabias palabras las tuyas cuando dices que deberíamos ser ingobernables, intocables, intangibles y por supuesto romper ese par de huevos de los que hablas para hacer una tortilla y para rematar intentar ser siempre extraordinarios.

    Así deberíamos pasar todos los seres humanos por la vida, pocos estragos habría.

    Sublime lo que dices

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