Los Juernes al sol

Hoy te escribo para decirte que tenías razón:
No me he vuelto a encontrar con nadie como tú. Y menos mal.

El tiempo me ha dicho que te diga de su parte que ésta vez estabas en lo cierto, ‘que no era por mí, que era por ti’. Todavía recuerdo que me resultó complicado digerir tu bocadillo de cumplidos, ese que hacemos cuando queremos deshacernos de alguien y previamente le recordamos lo magnífica persona que es. Como esperando que se lo coma y tenga algo con lo que entretenerse mientras nos vamos silenciosamente por la puerta de atrás. Eres tan increíble que me voy. Venga, hombre.

También quería darte las gracias. Sí, porque desde que te fuiste descubrí los juernes al sol. Empecé a disfrutar del volumen suficientemente alto de mi canción favorita mientras cogía el coche un jueves de vuelta a casa y el sol empezaba a salir. Y los bocadillos me los hago yo cuando llego a casa después de tomar unas copas. Ah, y si quiero me lanzo un beso en el espejo también, por mi magnificencia.

Gracias, porque cuando decías que no tenía remedio también tenías razón. Y me alegro. Sí, porque me resulta irremediable querer a mis amigos de manera incondicional, puesto que para mí son la familia que elegimos.

No tengo remedio, no soporto a la gente templada. Me enseñaron a ser ardiente cuando algo me apasiona y a mantenerme en grados negativos cuando algo no me importa una mierda. Y cuando me encuentro con alguien que ‘ni chicha ni limoná’ me dan ganas de zarandearle a ver si caen bellotas. Aunque a ti te pareciesen normales.

No puedo remediar ir con todo a por algo que es aparentemente imposible pero que en algún rincón de mi cabeza resulta mínimamente probable, aunque a ti te pareciese estúpido. Tonto es el que hace tonterías, te recomiendo que vuelvas a ver esa película.

Me resulta irremediable abrir la boca cuando algo me molesta porque creo que para eso nos la pusieron en la cara y no donde la espalda pierde el nombre, y me importa un bledo tu falsedad disfrazada de diplomacia rancia con vocación de relaciones públicas. Prefiero que me insulten por lo que digo que por lo que callo.

Y lo mejor de todo, me gusta la gente que no tiene remedio. Porque suelen ser las personas auténticas las que no encuentran motivos para cambiar las cosas en las que creen de verdad.

Espero que encontrases lo que andabas buscando. Espero que la Ciencia haya avanzado lo suficiente y hayas encontrado al híbrido entre perro y hongo que esperabas encontrar.

Lo espero de verdad, porque yo me encontré a mí bailando en el salón de mi casa al ritmo de los Rolling Stones encima del sofá y me pareció que era uno de los mayores descubrimientos de mi vida. Tal vez esta tarde lo vuelva hacer, mira tú por donde. Qué lástima que los hongos no sepan bailar, una vida sentado debe resultar aburrida.

Mientras saltaba en el sofá también descubrí que el único secreto de la Coca Cola es que cuando tienes la suficiente sed eres capaz de beberte cualquier cosa sin pensar en lo que lleva. En realidad descubrí que la Coca Cola y tú teníais más cosas en común de las que yo pensaba. Ahora entiendo por qué mis padres me la escondían. Espero que no te ofendas, pero hay cosas que están mejor dentro de un armario. Cerrado. Con siete candados. Por el bien de la Humanidad. Y de los extraterrestres.

En cuanto a eso que tanto te molestaba…Sí, me refiero a mi extraña manía por intentar ser feliz aunque la vida sea complicada. Quería decirte que ya es oficial: nos vamos a morir todos. Los últimos Estudios del Sentido Común dicen que es recomendable aprovechar el tiempo, por aquello de no cumplir los ochenta y preguntarse qué ha hecho uno con su vida. Ahora, que si tú quieres seguir buscando problemas donde no los hay, también puedes hacerlo.

¡Oh! Ya se me olvidaba, el futuro… No te preocupes. Por fin, después de muchos años pensando lo que quiero ser ‘de mayor’, he encontrado una respuesta: Quiero ser Yo.

¿Por qué iba a querer ser otra cosa? Siempre decías que debía intentar ser alguien en la vida. Pero siento decirte que te faltaba algo al final de la frase. Lo importante es ser alguien en la vida de alguien. No tengo ninguna intención de aparecer en los libros de Historia, la gente ya tiene suficientes cosas que estudiar.

Y bueno, hoy no es Juernes. Pero es que también descubrí que podía hacer lo mismo los viernes y los sábados. Ya te mandaré la receta del bocadillo de hoy.

Disfrutad del fin de semana.

ECGXIII.

87 thoughts on “Los Juernes al sol

  1. Me encontré contigo por buscar una frase similar a «no hay un mañana» y , dentro de los enlaces, me llamaste la atención.
    Me encontré muy cómoda sobre cómo tratas cada tema.
    No sólo eso.

  2. A veces divago, mientras regreso a casa en el cercanías, desde Alcobendas hasta Humanes. Un amigo me dice que debería plasmarlo en papel. Y esto que has escrito lo pensé! también tengo juernes de vez en cuando.
    He bailado mientras hago las cosas de casa, y es lo mejor que puedo hacer. Bailarle a la vida, mientras nos da sorpresas, buenas o malas.
    Me encanta lo que escribes.
    Somos valientes, directos, sinceros y como mínimo esperámos eso de la gente que tenemos en nuestras vidas. El que no que se vaya, que estamos mejor sin ellos. Valientes porque queremos ser felices, qué tiene de malo?

    Gracias por encontrarte de casualidad en Facebook a través de una publicación de mi primo, que vive cruzando el Atlántico, en un país llamado Argentina, mi país.

    Espero tu próxima publicación!
    Buen fin de semana!

  3. Hola! Gracias por poner las palabras en mi boca, algunas personas se van de nuestras vida con la cobarde frase «no eres tú, soy yo» y puff de repente te los encontrás presumiendo al hongo como quien acaba de ganar un premio.

    Este post, puso una sonrisa en mi cara, en un juernes no muy soleado pero con muchas ganas de que poco a poco salga el sol.

    Un gran saludo desde Costa Rica.

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